jueves, 6 de septiembre de 2007

Entrevista con “Burzaco Stencil”

La imaginación a las calles: arte urbano en Burzaco

Por Sebastiàn Angeloni



Hubo un tiempo en que el hombre recurría a la pintura para conocer la anatomía y los hábitos de los animales que iba a cazar. Las imágenes se grababan en cuevas y los colores se obtenían del carbón y otras sustancias que se diluían en grasas animales y jugos vegetales. La pintura cumplía un fin instrumental. Mucho después llegó el turno del Renacimiento, y con él, la perspectiva y el retorno al clasicismo griego. El hombre y sus actos se transformaron en el centro de la vida. Pero la pintura perseguía un claro objetivo asociado a lo religioso: garantizar la prédica y la fidelidad de los creyentes a través de las imágenes. Por aquel entonces los artistas comenzaban a firmar sus obras.
En la actualidad la situación ha cambiado. El reciclaje y el pastiche se han convertido en moneda corriente. Son tiempos en los cuales se afirma que los grandes relatos han concluido, donde a lo clásico se le trata de dar una vuelta de tuerca, un significado diferente. Tiempos donde la cita, la parodia y el cruce de sentidos dictan el camino a seguir. En el marco de este nuevo paradigma que muchos intelectuales denominan “postmodernismo” emergen nuevas formas de expresión artística que han abandonado sus espacios tradicionales como el museo o las galerías de arte, pasando a formar parte del paisaje urbano y la cotidianeidad. El stencil, técnica que se vale de un par de radiografías, formas diversas, unos cuantos aerosoles y pura creatividad, es un claro ejemplo.

En los últimos años, han aparecido varios grupos de “stencileros”, producto quizás de un fenómeno devenido en moda. Sin embargo, “Burzaco Stencil”, ha sido desde el vamos, uno de precursores de esta movida. Integrado por Federico Martínez Aquino, de 22 años, estudiante de Diseño Gráfico de la UADE y Valentina Buratti, de 21, quien cursa la carrera de Artes Visuales en el IUNA, “Burzaco Stencil” nació en el 2003, un par de años después de que los chicos comenzaran a “noviar”. A primera vista, sorprende el currículum del dueto: ya han expuesto en el Centro Cultural Recoleta, varias bandas de rock y punk –como Peyotes o Nihilismo- les han solicitado algún diseño, han formado parte de un libro que registra el nacimiento y auge de esta técnica –“Hasta la victoria, stencil”-, han participado en un documental e inspirado a bandas como la de los legendarios alemanes Die Toten Hosen, quienes después de conocerlos sacaron un single cuyo diseño estaba hecho en stencil.

Changuito (Ch): ¿Qué los atrapó del Stencil?
Valentina (V): Yo estaba trabajando en Capital, en una galería de Florida y ví en el piso un diseño de “Buenos Aires Stencil” que tenía a Bush con las orejas de Mickey y la leyenda “Disney War”. Ahí me di cuenta que quería hacer eso. Cuando llegué a casa, le conté a Federico lo que había visto y supuse que se hacía como en los programas de manualidades de Utilísima: a la placa de radiografía le hacés el dibujito de la flor y después, la guarda en la pared. Así empezamos a experimentar por nuestra cuenta. Al principio, lo hicimos con lo que tuvimos a mano. Después nos enteramos que había otros materiales. Cómo desteñir la radiografía fue todo un tema: con lavandina, con cloro, con alcohol, con cutex. Finalmente le encontramos la vuelta con la lavandina. Otro problema era conseguir las radiografías que pedíamos en los hospitales.
Federico (F): Sí, porque no siempre te las dan, ya que se pueden reciclar y volver a usar.
V: De todas formas, cuando la gente supo lo que hacíamos, nos las guardaba. También se puede trabajar con cartón, acetato y filminas. Pero estas dos últimas son carísimas (cuesta $7 una lámina de 50x30) y ninguna de las tres te da la resistencia y la flexibilidad que tiene la radiografía. En el caso del cartón, lo pintás tres veces y ya está gastado completamente.
Después la cosa era encontrar un diseño y empezar a cortar. Una tarde nos sentamos y dijimos: “hagamos veinte”. Cuando los tuvimos, empezamos a “stenciliar” por Burzaco y nunca nos movimos de acá.
F: Y una vez que habíamos pintado unos cuantos por la zona, nos preguntamos qué podíamos hacer para abarcar otros lugares. Y fue ahí que se nos ocurrió hacer la página de internet (www.burzacostencil.com.ar) que nos permitió llegar a más gente.
V: Lo del sitio web estuvo bueno porque no queríamos ir a pintar a Capital. No teníamos ganas de tener que viajar con todo, pintar allá y después volver otra vez.
F: Además a Capital tenés que ir sí o sí de noche, a la madrugada. Acá en Burzaco podés pintar tranquilamente un domingo a la tarde o cualquier día en el horario de la siesta y no molestás a nadie.
V: Por otro lado, en Capital está todo el mundo pintando. En Burzaco esto no es así. Y también el hecho de no ir a pintar a otro lugar tiene que ver con darle a nuestra ciudad la importancia que se merece. De hecho, lo de la página sirvió también para situar a Burzaco en el mapa. Nosotros pintamos acá y no nos movemos. Si la gente no nos conoce, que venga a Burzaco. Igual muchos de nuestros stencils están por las calles de Buenos Aires, pero no los hicimos nosotros, nos plagiaron.
F: De todos modos lo tomamos como un elogio. Por ejemplo, hace unos días, por internet, un chico de Rio Gallegos nos contó que había pintado toda la ciudad con el stencil de Mirtha Legrand.
V: Para nosotros eso en algún punto está bueno. Este pibe lo bajó de la página, lo cortó y lo pintó por su ciudad. Eso para nosotros es muy lindo. Ahora cuando te “curra” alguien que quiere hacer plata con lo que vos hacés, eso ya no va. Tal como nos pasó con un local de la Bond Street, que vendía remeras con nuestros diseños.

Ch: ¿Les parece que el stencil, más allá de la faceta artística, cumple alguna función?
V: Si, pero eso depende de cada grupo. Nosotros nos quedamos con esta cuestión artística porque no nos interesa demasiado la movida política o decir “vamos a hacer pintadas contra Bush”. Ya tenés cincuenta personas haciendo pintadas contra Bush. Hagamos algo alegre, y más por el hecho de estar en Burzaco, donde la gente no vive tan alienada como en Capital. Hagamos algo lindo, más artístico.
F: Para mí el stencil se adapta al motivo que uno quiera: sirve para comunicar algo, para persuadir a alguien, para publicitar algún evento, para promocionar una banda.
V: Lo que también intentamos hacer es movernos por el lado de la ironía, como con el stencil de Mirta Legrand. Son imágenes que probablemente no sean muy innovadoras pero te roban una sonrisa.

Ch: ¿Encuentran influencias de otras artes en lo que ustedes hacen?
V: Bastante del pop-art, Andy Warhol y el arte en serie. Pero básicamente, a nivel estético nuestros stencils son muy personales y tienen que ver con la música, el cine y las imágenes que nos gustan: “El padrino”, “Taxi driver”, “Scarface” y los pin-ups o dibujos de las modelos de los 50 que se mandaban a la guerra, todo un símbolo del erotismo de esa época

Ch: ¿Creen que el stencil hoy por hoy es una moda?
F: Actualmente es una moda. Si bien hay grupos que están desde hace varios años, a partir del 2002 y del 2003 se empezaron a ver muchas más pintadas.
V: Nosotros venimos haciendo stencils desde hace tres años y recién ahora la gente empieza a reconocerlo. También hay empresas que sacan sus publicidades con esta técnica y hasta incluso se habla de una estética-stencil.
F: Pero esto también tiene que ver con que algunos medios adoptaron el stencil como una forma juvenil y rebelde de comunicar, entonces quieren llegar por ese lado a determinado tipo de público.

Ch: ¿Recibieron denuncias de algún vecino por pintar las paredes?
V: No, por suerte no. Nos ha pasado que mientras estábamos pintando, se nos ha acercado gente que nos miraba con cara rara y nosotros pensábamos: “nos van a matar”, y resulta que después nos pedían que les pintáramos el bolso o una remera. La verdad que siempre tuvimos experiencias buenas. Por eso nos animamos a salir a la mañana o a la tarde aunque haya gente. No como en Capital, donde si te agarra “la cana” tenés que comerte una multa o cincuenta pesos de coima. Le fuimos perdiendo el miedo a eso porque la gente lo recibió siempre bien.
F: Igual cuando pintamos tratamos de utilizar una pared “permitida”, es decir, una que ya esté pintada o que sea pública. No vamos a pintar la pared totalmente blanca de un vecino.

Ch: ¿Qué diferencia a un stencil de “Burzaco Stencil” del de otro grupo?
F: El nuestro no tiene mensaje político y priorizamos lo artístico. Tratamos de evolucionar a nivel técnico y ponemos mucha atención en el detalle. Intentamos que el stencil se parezca lo más posible a la imagen real y también recurrimos a la serigrafía, que se maneja por un proceso de revelado donde la imagen adquiere mayor nitidez. Y por otra parte, no trabajamos profesionalmente, a diferencia de varios grupos de Capital que sí lo hacen.

Arte anónimo, callejero, público e irónico, en el stencil se esconde cierta cuota de picardía como la que muestra Valentina cuando se le pregunta si ella y Federico son artistas y contesta risueñamente: “yo sí, pero él es diseñador”.



¿Qué es eso del stencil?

*Se hace con una plantilla recortada –casi siempre una radiografía- que superpuesta sobre una pared, al aplicarle una capa de pintura en aerosol, deja su impronta.
*Por lo general es anónimo y se pinta de noche.
*Los diseños más conocidos de “Burzaco Stencil” son el de Mirtha Legrand, el de las chicas de “hay que besarse más”, y varios de Marilyn y Betty Page.

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